REFUGIO
Refugio es una acción performativa que explora las preocupaciones universales de la humanidad a través de la evocación de nuestros orígenes. Inspirados en los antiguos que se refugiaban en cuevas y abrigos naturales, lugares que simbolizan protección, evasión y conexión con la naturaleza, esta obra revive ese entorno ancestral. Los prehistóricos decoraban estos espacios con pinturas, iluminadas por el fuego, cuyo simbolismo remite a figuras mitológicas como Vulcano y Prometeo. Vulcano representa el fuego físico, que permite resolver los problemas prácticos de la humanidad, mientras que Prometeo, con la antorcha encendida en las ruedas del carro del sol, encarna el fuego celestial. Este último, en palabras de Panofsky, simboliza la iluminación y el conocimiento, que transforma al ser ignorante.
La performance se realizó el 1 de mayo de 2015, de medianoche hasta las 2:00 a.m., en un refugio situado en un cruce de senderos en la sierra de Molina de Segura, Murcia. Unas semanas después, el derrumbe del refugio por las lluvias añadió un epílogo significativo a la obra: una metáfora sobre el colapso de la naturaleza, devastada por la avaricia humana. Este evento se convirtió en una última interpretación simbólica, reforzando el mensaje sobre la fragilidad de nuestro entorno frente a la intervención humana.
Como el propio refugio, que se desploma bajo el peso de la lluvia, las pinturas se convierten en un recordatorio de la transitoriedad de todo lo creado. En este paralelismo, se puede pensar en las antiguas civilizaciones cuyos conocimientos y expresiones fueron sepultados por el tiempo y la erosión. La poesía del olvido, en este sentido, es también un acto de resistencia. Porque, aunque el tiempo sepulte la obra, como la tierra cubre las huellas de los antiguos, el mensaje permanece allí, esperando, tal vez en algún futuro incierto, ser descubierto, leído, y comprendido por una humanidad diferente, que quizás no será capaz de entenderlo por completo, pero lo recibirá como un eco, como una chispa de una sabiduría que nunca dejó de existir.
Música original: Neønymus - Ay tierra.